16 de febrero, se ha ido, nos ha dejado un gran vacío que tendremos que aprender a llenar.
Ha sido largo
el día
pero ha caído,
finalmente, la tarde
la esperábamos
y aún así nos
ha sorprendido
con su terrible
abrazo.
Se ha hecho el
silencio,
tras la puerta,
alrededor del
fuego.
Y casi sin
pretenderlo
nos hemos ido
reuniendo
para juntos
hacer frente al desaliento
para combatir
la oscura bruma
para tapar el
llanto con silencios.
Ha sido larga
la noche
pero ya ha
arrancado la mañana,
la deseábamos
incluso con el
amargor de lo perdido
con el dolor de
lo inevitable.
Hemos puesto,
entre todos, la mesa
junto a la
ventana.
Y hemos hecho
frente al día
para continuar
la huella
para seguir
recordando
sabiendo, con
dolor